Una manera de incentivar y desarrollar el hábito de lectura en las aulas.
La lectura, en el Curriculum actual de la Secretaría de Estado de Educación, es propósito, contenido y estrategia para el desarrollo de las competencias fundamentales que debe alcanzar un estudiante en los años de escolaridad.
En todos los grados de los niveles Básico y Medio, y en particular en la clase de Lengua Española, se enfatiza la actividad de leer textos diversos acordes con el grado y los intereses de los educandos.
La lectura se orienta principalmente a enriquecer la capacidad lúdica y creativa de los sujetos en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua, así como para incitar al desarrollo del pensamiento, el espíritu crítico, el ejercicio del criterio, la interpretación y la valoración.
La capacidad de leer, conjuntamente con las de escribir, escuchar y hablar son las capacidades básicas propias de la comunicación lingüística que se privilegian en el Curriculum dominicano. Sin embargo, la lectura no es una actividad que se restringe al aula; trasciende el ámbito escolar. Es una actividad personal, familiar, social y cultural, aunque no hay en nuestro país una cultura de lectura que se manifieste por igual en el entorno escolar y social.
En los últimos años la publicación de libros en nuestro país ha sido extraordinaria, sobre todo a partir del fortalecimiento de la celebración de la Feria del Libro, a esto también ha contribuido a aparición de las tecnologías digitales que han abierto una nueva posibilidad de lectura a través de los libros electrónicos (el libro digital, el audio libro). Pero el nivel de publicaciones no se refleja en igual proporción con el desarrollo de los hábitos de lectura.
El dato de que el dominicano disfruta un promedio de siete horas diarias de tiempo libre; pero el cincuenta y siete por ciento dedica 1.9 horas diarias promedio para ver televisión, mientras que el seis por ciento dedica una hora diaria a la lectura y el setenta y cinco por ciento dedica menos de una hora semanal a la lectura, evidencia lo antes expuesto. (Funglode, 2003. Encuesta sobre hábitos de lectura en R. D.).
Esta realidad obliga a quienes estamos involucrados con la cultura escrita a fortalecer las políticas y estrategias de fomento de la lectura, tanto del libro impreso como del libro virtual, no sólo en la escuela sino en toda la sociedad dominicana. Esto es, promover y fomentar una cultura de lectura. La familia es el principal escenario desde el cual debe comenzar esta acción.
Desde temprana edad el niño y la niña deben ponerse en contacto físico con el libro y otros materiales de lectura y ejercer con ellos el acto de lectura. Leerles en voz alta, dramatizando, adivinanzas, trabalenguas, poemas, leyendas, cuentos… es la primera estrategia de fomento de la lectura.
Luego los textos del entorno: letreros, afiches, pancartas, publicidad… constituyen en las ciudades los más atractivos materiales de lectura, mediante los cuales se ponen en contacto con su entorno.
La escuela, en los primeros grados, continuará estas estrategias de poner a los niños y las niñas en contacto directo con el libro, y las iniciará con aquellos niños y niñas que provienen de familias no alfabetizadas. Esta experiencia inicial de contacto con el libro y la lectura es fundamental para fomentar una cultura de lectura.
En ese sentido, innumerables esfuerzos se realizan para mejorar la cobertura y la calidad de la educación, sobre todo en infraestructuras, materiales didácticos, tecnologías…, en la formación y capacitación docente, en la implementación de programas y planes con los estudiantes, como el Programa Nacional de Fomento de la Lectura, el Programa Nacional de Lectura, Escritura y Matemática, entre otros, que viene desarrollando la SEE.
También se realizan acciones orientadas a la promoción de la lectura en la sociedad en general, como la Feria del Libro, el Plan Nacional de Lectura que impulsa la Secretaría de Estado de Cultura, el Plan Lea del Listín Diario, el Programa de Promoción del Libro y la Lectura del Despacho de la Primera Dama, y otras actividades que llevan a cabo diversas instituciones pública y privadas.
Sin embargo, estas acciones parecen no ser suficientes ni efectivas para que la lectura constituya una actividad primordial en la escuela y la sociedad dominicanas, capaz de crear una cultura de lectura. Evidentemente, faltan estrategias innovadoras para el fomento de la lectura, tanto en la escuela como en el resto de la sociedad. A mi juicio, muchos esfuerzos individuales se diluyen por la ausencia de unidad de criterios y acciones.
Es necesario mostrar mayor coherencia y optimización en el uso de los recursos disponibles. Todos los planes y programas de fomento de la lectura existentes en el país, tanto de las instituciones públicas como de las privadas, deben cohesionarse para orientarse a la creación y fortalecimiento de una cultura de lectura, a partir de la implementación y desarrollo de una política editorial que garantice libros para todos. Porque no se concibe el fomento de la lectura sin libros (impresos y virtuales).
Una vez cohesionados todos los planes y programas de fomento de la lectura a partir de una política editorial, tendrá sentido la implementación de sus estrategias.
Estrategias que se aplican en la actualidad para fomentar la lectura
El Programa Nacional de Fomento de la Lectura, que ejecuta la Dirección General de Currículo de la Secretaría de Estado de Educación, busca despertar el interés de los y las estudiantes por la lectura y su desarrollo integral a través de la lengua, el disfrute estético, la creatividad y la producción de conocimientos.
Mediante un conjunto de actividades programadas, la lectura se sitúa en un lugar preponderante de la vida de la escuela, relacionándose íntimamente con los propósitos de los programas de las diferentes áreas que integran el curriculum y, particularmente, con la enseñanza de la lengua.
De este programa queremos destacar tres grandes estrategias:“La Hora del Cuento” es una estrategia regular y programada, destinada a despertar tempranamente el interés por los libros y el tesoro de la imaginación en los niños y las niñas del Nivel Inicial, y del Primer Ciclo del Nivel Básico.
Consiste en la lectura, en voz alta, de cuentos infantiles de reconocidos valores universales y nacionales para el debate y la recreación de los textos leídos y estimular la imaginación y la creatividad de los y las estudiantes.
Esta estrategia fue ampliada al Segundo Ciclo del Nivel Básico y a todos los grados del Nivel Medio con la lectura de cuentos de los grandes cuentistas dominicanos, hispanoamericanos y universales.
“Olimpíada de Lectura o Concurso Nacional de Lectura” es una estrategia dirigida a estimular, en los y las estudiantes del Segundo Ciclo del Nivel Básico y de todos los grados del Nivel Medio, el interés por la lectura comprensiva y recreativa, como uno de los ejes fundamentales de su formación, de textos narrativos (cuentos y novelas), poesías, obras de teatro, ensayos, textos de Historia Patria y escritos periodísticos (editoriales y artículos de fondo de periódicos y revistas) incluidos en la programación del año escolar.
“Cara a Cara con un/a Autor/a” es un estrategia periódica de visitas, a nivel regional o distrital, de autores dominicanos importantes, quienes intercambian con los y las estudiantes en un diálogo vivo. Esta estrategia se estructura por grados y esfera de interés e incluye autores de literatura infantil y juvenil para los grados del Nivel Básico, y autores de literatura novelesca, historiadores y poetas para los grados del Nivel Medio.
Dentro de este programa estamos proponiendo la estrategia Red Nacional de Lectores que permitirá aglutinar a todos los estudiantes que han participado y participan en el Concurso Nacional de Lectura, de manera que puedan aprovechar y crear espacios para el intercambio de sus experiencias lectoras, para el intercambio de libros y para la promoción y fomento de la lectura.
Otra estrategia que hemos propuesto para fortalecer el fomento de la lectura en el aula es La Caja de Lectura y Escritura, o sus equivalentes: Los Rincones de Lectura y Los Estantes, en las escuelas del Nivel Inicial y Nivel Básico.
Esta permite a los pequeños estudiantes entrar en contacto directo con el libro impreso, manosearlo, hacerlo parte de su actividad cotidiana. Retomamos estas estrategias porque el fomento de la lectura tiene que promoverse y efectuarse con el libro en las manos.
La estrategia del Kiosco de Lectura, situada en los núcleos poblacionales más densos, como los barrios y zonas rurales, podría funcionar bajo la responsabilidad del club, de la escuela, de la parroquia, de la junta de vecinos o de la comunidad, para facilitar el préstamo e intercambio de libros entre los niños, jóvenes y adultos.
Otras estrategias que se vienen implementando para el fomento de la lectura y la creación de una cultura de lectura entre las jóvenes generaciones son: el Proyecto de Biblioteca del Despacho de la Primera Dama a través del Programa de Promoción del Libro y la Lectura; los clubes de lectores, los concursos y premiaciones de lectores, la edición y distribución de libros, los entrenamientos a promotores de lectura y bibliotecarios de la Secretaría de Estado de Cultura; el Concurso Terminemos el Cuento, Prensa Escuela y la Premiación al Maestro Lea del Plan Lea del Listín Diario, entre otros. Estas son algunas de las estrategias de fomento de la lectura que se ejecutan en el país.
Muchas otras instituciones públicas y privadas implementan de manera aislada estrategias de fomento de la lectura, pero si no se integran en un gran programa de fomento de la lectura no lograrán impactar positivamente en la población para crear una cultura de lectura.
Un programa así cohesionado se podría afiliar como programa nacional a los diferentes programas y planes de fomento de la lectura de Hispanoamérica, como el Plan de Fomento de la Lectura de España; el Programa de Fomento a la Lectura de México; Promolibro de Perú; el Banco Solidario de Libros Latinoamericano de Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Paraguay; Fundalectura de Colombia; entre otros.
Reafirmamos, entonces, que cualquier plan o programa orientado a forjar una cultura de lectura, que es a lo que aspiramos, tiene necesariamente que estar sustentado en dos grandes acciones cohesionadas: primero, la implementación de la política editorial libros para todos bien definida, y, segundo, una agenda de promoción y fomento de la lectura coherente con alcance nacional. A partir de ahí será más funcional la implementación de estrategias diversas e innovadoras para el fomento de la lectura.-